Manuel De Osuna Y Saviñón
... ¿No conviene más a mi justicia la claridad del día, un sol radiante, una plaza, un tablado, un pueblo amontonado por calles y ventanas, mil testigos? ¡Sí, hombre desagradecido! Quiero que escarmienten y que al ver esta venganza solemne, tremenda, llena de aparato majestuoso y fúnebre, se diga: (...)