Historia a la vez familiar y social, vinculada al avance del fracking  en Allen, Río Negro, sobre las tierras que los inmigrantes habían  transformado al plantar peras y manzanas. En 2011, en la chacra del  abuelo de la autora -conocida militante social y ambientalista- asoma  una torre de petróleo. Una historia familiar que mezcla la literatura,  la sociología y la filosofía con la militancia socioambiental.
   Cuando don Alfredo vio que una torre asomaba por entre los álamos, se  preguntó con sorpresa: "¿Qué hace eso tan cerca del pueblo?". Nadie se  había animado a decirle que los administradores de esas tierras -parte  de su familia- habían firmado un contrato con una empresa norteamericana  para instalar, entre los perales y manzanos de la chacra que había sido  de su padre, una plataforma de explotación de hidrocarburos.
 Eso sucedió en 2011, y a partir de entonces las plantaciones de frutales  empezaron a ser desmontadas, y los pozos de extracción de petróleo y de  gas proliferaron en Allen, en el corazón del Alto Valle de Río Negro. De  manera asordinada pero vertiginosa, esa localidad se convirtió, junto  con Vaca Muerta, en cabecera de playa del fracking en la Argentina.
 Don Alfredo es el padre de Maristella Svampa, que nació en esas  tierras y que, de pronto, vio cómo su familia, la comunidad donde se  crió y sus actividades de reconocida militante socioambiental en el país  y el exterior se entrelazaban en un doloroso y acuciante primer plano.
 Chacra 51 es la narración íntima de esa experiencia, pero  también, y sobre todo, es un llamado urgente a enfrentar el avance de  una actividad que, detrás del proclamado "progreso", impone daños  irreversibles en un planeta castigado y en la vida que sostiene.