El irascible subjefe de policía Rocco Schiavone ha seducido a Italia.  Cada nuevo episodio de sus aventuras adquiere una dimensión más incisiva  y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.
 Con cada nuevo episodio, este subjefe de policía romano de pura cepa  -desterrado a una pequeña ciudad al pie de los Alpes por ciertos  comportamientos de dudosa licitud- ha ido adquiriendo una dimensión más  incisiva y profunda, para deleite de sus cientos de miles de seguidores.
 Tras pasarse nueve meses destrozando sus Clarks, pues se niega a  calzarse unas botas de montaña apropiadas para la región, Schiavone  acoge con escepticismo la llegada de una teórica primavera al valle de  Aosta. Su resistencia a someterse a la realidad de aquel lugar, donde ni  las estaciones del año son como deberían ser, se refleja también en su  labor profesional. Al conocerse el accidente de una furgoneta en el que  mueren el conductor y su acompañante, Rocco reacciona con su habitual  irritación e intenta desentenderse del asunto. Sin embargo, pocos días  después, la desaparición de una joven perteneciente a una rica familia  de constructores de la zona despierta su instinto de sabueso: las  pesquisas para encontrar a la chica le abren las puertas de un mundo  subterráneo que lo deja estupefacto. Rocco conoce muy bien los negocios  turbios que se dan en una gran ciudad como la que tanto añora, pero no  sospechaba hasta qué punto podía existir algo semejante en ese rincón  perdido entre las montañas. Finalmente, Schiavone no tiene más remedio  que ponerse manos a la obra, lo que lo obligará a apartar de su mente el  espinoso asunto de su relación con la mejor amiga de su última ex,  además de un doloroso hecho de su pasado que se niega a aceptar.
  La crítica ha dicho...
«Una de esas historias que se devoran.»
La Stampa
 «Respecto a otros investigadores memorables, como el inspector  Coliandro, de Lucarelli, o el aún más famoso comisario Montalbano, de  Camilleri, Rocco Schiavone es el campeón de lo políticamente incorrecto.»
Gazzetta del Sud
 «Manzini, actor y guionista, conoce bien las reglas para dar ritmo a una historia y sabe cómo fascinar al lector.»
Gazzetta di Parma