Sin quererlo, había encontrado el amor de su vida El príncipe Mychale había ido a su castillo de la montaña para alejarse del mundo. Pero en lugar de eso, el cotizado soltero se encontró haciendo de anfitrión para Abby, una joven que había huido de su casa, y su adorable bebé. Mychale estaba prometido con una mujer elegida por la familia real, de modo que Abby no podría ser nunca su princesa. Pero descubrió, sorprendido, que la encantadora joven hacía que se sintiera feliz por primera vez en muchos años. Abby Donair había aceptado hacerse cargo de la hija de su difunta hermana sin la menor vacilación, pero ¿podía esperar que el príncipe heredero hiciera lo mismo?