En Problemas morales de nuestro tiempo, el autor se plantea preguntas y se arriesga a dar respuestas: se interroga sobre la ética como problema; aborda con rigor y pasión cuestiones polémicas como la eutanasia, el aborto o la clonación; indaga sobre los derechos de las minorías; cuestiona los fundamentos de la actual política; critica las formas alienadoras de la economía globalizada; se sumerge en las tecnologías informáticas e icónicas... Se trata de un ejercicio de reflexión que, como toda ética aplicada que se precie, no intenta más que ayudarnos a forjar nuestra propia identidad moral.
Sin embargo, las respuestas de la Ética son irremediablemente abiertas, porque ella siempre es ajena al canon, a la ortodoxia del discurso dominante. Tampoco puede dar soluciones jurídicas, ni impedir que las normas se incumplan. Sin embargo, sí puede construir posibilidades, desbrozar caminos, inspirar normas y orientar lo que las personas libremente decidan hacer. Y con ello lograr una sociedad lo suficientemente formada y reflexiva como para resistirse a aceptar sin más las soluciones técnicas, políticas, ideológicas o comerciales que le ofrece el Poder.