¿Condiciona el azar nuestros destinos? ¿Determinan los hechos del pasado nuestro futuro? ¿Puede un encuentro fortuito desviar el rumbo de nuestras vidas? Santiago Port y Tania Groptos simplemente viven y se dejan vivir. Como todos. Juegan, apuestan, se equivocan, rectifican, se caen, se levantan, aman, ríen y lloran. Se sienten como fichas que transitan un incomprensible tablero imaginario. Improvisan estrategias para salir airosos de un juego del que desconocen las reglas y el sentido. Hay un enigma que resolver. Una aventura arriesgada. Hay una pulsión contradictoria que los atrae y los repele mutuamente... Hay unos espejos que deforman... Hay, sobre todo, una necesidad imperiosa de ser ellos mismos.