Más que una obra anticlerical o anticatólica, éste es un esfuerzo  colectivo por conformar una sólida imputación a una fallida aventura de la Iglesia que apostó por la disciplina y la regresión.
 Alberto Athié - Eugenia Jiménez Cáliz - Guadalupe Loaeza - Fátima  Moneta - Marilú Rojas Salazar - Mónica Uribe - Rodrigo Vera - Jenaro Villamil
 El libro que tiene en sus manos es una colección de ensayos críticos sobre el desempeño del arzobispo Norberto Rivera. No se busca una falsa neutralidad, por el contrario, son textos de  denuncia donde intelectuales, periodistas y activistas de derechos humanos sustentan con hechos los excesos y extravíos  del cardenal. Los autores documentan la trayectoria de un personaje que en  nombre de la ortodoxia moral ha condenado las causas de las mujeres, los homosexuales, los no creyentes y las  minorías.
 Como sedocumenta a lo largo de estas páginas, Norberto Rivera es un claro ejemplo de que la impunidad y el fuero religioso es  una regla no escrita de la política mexicana. El prelado es  intocable no sólo por su condición de alto clero, sino por su hermandad  con el poder. Más que como pastor o líder espiritual, dice Bernardo  Barranco, "el cardenal encarna al obispo sinuoso, rodeado de lujos,  protector de pederastas, centavero, solapador a conveniencia propia y de  sus amigos: actores de doble moral dentro y fuera de la Iglesia".
 Otros autores han opinado:
 "Tantas razones para la desilusión con la cúpula de la Iglesia católica  y su representante en México, Norberto Rivera. Y este libro enuncia los  motivos de este desencanto, persistente y dolorosamente. Marcial Maciel,  pederasta. Juan Pablo II, encubridor. Legionarios de Cristo, cómplices.  El personaje principal de esta obra, omiso. Difícil reconocerlo,  entenderlo, admitirlo. Pero es la verdad que lleva años allí; que  algunas víctimas valientes han denunciado; que algunos escritores  comprometidos han investigado; que muchos mexicanos deberían saber." -Denise Dresser-