Muriendo y Aprendiendo es un alegato a favor de la educación, la coherencia, el amor, el derecho a disentir sin acritud. Hace crítica de la sociedad que no sólo no quiere compartir, sino que quiere más. Aboga por la compasión y, sobre todo, por la inteligencia, para mirar a nuestro alrededor con una mirada más humanizada. A lo largo de toda la obra, el hombre intenta conseguir su sitio. Es un ser humano preocupado, porque tiene conciencia de que no lo está haciendo del todo bien con los que son sus semejantes. A veces es un poco cínico. Y envuelto en su problemática existencial. Los protagonistas somos todos los que existimos.Y estamos sometidos a ese humor ,no carente de sentido, que inunda el universo.