Pese a tratarse de una adaptación-recreación de Les mois , de Jean-Antoine Roucher (1779) , Los meses es uno de los mejores, más ricos e incluso más originales poemas de Viera y Clavijo, ya que en sus más inspirados momentos, el historiador tinerfeño se dejó llevar por su poética pasión por los mitos canarios. Viera consideró este poema didáctico, en doce cantos, compuesto en 1796, «como el hijo predilecto de todo lo que en esta línea ha borrajeado mi pluma, quizá por la razón que tenía Jacob de amar a José más que a los otros hijos. Eo quod in senectute genuisset eum, o lo que es más justo, por ser una continuada galería de pinturas de la bella Naturaleza, cuadros ricos y amables que no pueden fastidiar nunca, ni aun a aquellos que no se han fastidiado todavía de cuanto no es la pura Naturaleza». La introducción de recuerdos personales, en gran parte procedentes de sus viajes por Europa, debió contribuir decisivamente a su afecto por esta composición poética de marcada ideología ilustrada.