La última misión nos trae a la memoria un pasado cargado de sueños, de proyectos e ilusiones que un día se vieron truncados con la Guerra Civil. Uno de estos proyectos fue las Misiones Pedagógicas desarrolladas durante la Segunda República Española, como abanderada de valores educativos, cívicos y humanitarios reivindicados para una sociedad mayoritariamente rural y analfabeta. Será a través de Alejandro, un profesor universitario incurso en la España de finales de los años 70, como nos veamos sorpresivamente sumergidos en ese otro pasado reciente de nuestro país, guiados por la mano de un joven maestro vocacional y decididamente partidario de la escuela laica y misionera, heredera de la Institución Libre de Enseñanza e incompatible a todas luces con ese otro esquema de educación tradicional que suponía “el sostén de la verdadera España católica y tridentina”. Sin embargo, el pasado encierra siempre más coincidencias con el presente de lo que imaginamos, y aun constituyendo aquellos años treinta un momento histórico y democrático diferente a lo que fueron los últimos años de la década de 1970 —por lo pronto, aquellos primeros acabaron secuestrados por la intolerancia y éstos, afortunadamente, aún continuamos disfrutándolos en libertad—, ambos tiempos terminarán confluyendo en una relación personal y sentimental entre sus personajes.