Barceló Esteve, Elia
Yo tenía a Ted, que era como yo, que tampoco sabía de dónde venía ni quiénes habían sido sus padres. Ted, que me quería como yo a él. Sin preguntas. Sin condiciones. Sin recelos. Ted, que era todo mi mundo. Por eso cuando supe que había sufrido un accidente, sentí como si el suelo bajo mis pies (...)