Mead, Richelle
Desde que Fei puede recordar, en su pueblo nadie puede oír. El terreno rocoso y los aludes frecuentes hacen que sea imposible abandonar el pueblo, por lo que Fei y su gente están a merced de una cuerda con la que se izan los alimentos por los traicioneros acantilados desde Beiguo, un reino lejano y (...)