Tellado, Corín
Me gusta tu doncella: “Chus observó que el esposo fruncía el ceño. Era un hombre paciente, sin duda. Pero todo tiene un límite. Y Chus cada noche esperaba que el marido estallase, si bien nunca lo hacía, pues todo lo más regañaba con, voz suave, apuntaba los pros y los contras, pero al final la (...)