SANDRA FIELD
Aquella seducción los llevaría por todo el mundo… y finalmente a la cama. Nada más ver a la bella Clea Chardin, Slade Carruthers supo que tenía que hacerla suya. Pero, si Clea quería meterse en su cama, tendría que hacerlo con las condiciones que él pusiera… Clea no era la mujer que todo el mundo (...)