Tellado, Corín
Te ayudaré siempre: “—Estamos arruinadas —dijo Romy súbitamente, con gran firmeza. Yo me estremecí, pero aún no me atrevía a mirar a Romy. Oía su voz diferente, firme, escueta, casi ronca. No preguntaba. De repente se diría que un presentimiento la asaltaba y no quería huir de él. —Sí, (...)