Princesa temporal
epub
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Nº de dispositivos permitidos ilimitado
¿Se entregaría a la pasión del príncipe de nuevo?Cuando el rey ordenó al príncipe Vincenzo D Agostino que se casara, él supo que solo había una mujer posible: Glory Monaghan, la amante que lo había traicionado seis años antes. Así, complacería al regente y conseguiría a la mujer que no podía (...)
¿Y si se cumple el deseo?
epub
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Nº de dispositivos permitidos ilimitado
Cuando el viudo Rick Jenner y su hija de seis años, Tessa, entraron en la tienda de regalos de Andrea Fleming, ninguno sabía que sus vidas estaban a punto de cambiar.Rick no podía olvidar a Andrea, pero en esos momentos no podía permitirse distracciones. Andrea tenía el corazón roto y sabía que (...)
El rescate
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Con El rescate, René Delgado, periodista de larga trayectoria, incursionó por primera vez en la literatura, revelando esa parte oscura de los acontecimientos que, ficticios en apariencia, se ubican en los linderos de los verosímil o lo verdadero. Ecos de este libro -publicado originalmente en (...)
Guadalquivir
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
La joven duquesa Alegría está a punto de repetir la escandalosa vida de su madre al enamorarse de un hombre que no es de su clase, y más aún cuando ese hombre es la figura de moda del toreo. Sin embargo, los tiempos han cambiado y la estrella con la pretende casarse no piensa sino en abandonar para (...)
Raquel, no esperes
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Raquel, no esperes:
"—¿Eres tú, Raquel?
—Sí, mamá.
—Estoy en la cocina.
La joven colgó el abrigo en el perchero del pasillo y atravesó éste en dirección a la cocina. Mercedes Astra se volvió junto al fogón, y limpiando las manos en el delantal de tela floreada que rodeaba su cintura, (...)
Te acepto como eres
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Marcela, hija única de una familia del sur de España y heredera de una enorme hacienda, parece destinada a seguir los deseos de su padre: casarse con David, el hijo de la poderosa familia vecina, y tener descendientes a los que dejar la herencia de ambas estirpes. Pero Marcela es una joven con (...)
Te ayudo yo
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Ute es una preciosa joven estudiante de veintidós años. La vida le golpea con toda su dureza cuando le arrebata a su novio en un grave accidente de automóvil. Pero las dificultades no han hecho más que empezar: Ute descubre poco tiempo después que está embarazada. Presa de la desesperación y el (...)
Pagarás tu mentira
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Primera parte de la serie "Ana, mujer de mundo" de Corín Tellado: "Pagarás tu mentira".
Ana Marqués acaba de volver del extranjero. Su padre ve, muy a su pesar, que la Ana que ha vuelto no es la misma que se fue. No es aquella niña que se ruborizaba y llegaba puntual a casa. Ana es ahora (...)
Sin piedad
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Sin piedad: “—Señor —susurró a media voz—. Esto… Japp lanzó una breve mirada sobre “aquello”. Primero, vio un montón de trapos húmedos. Después, unos pies pequeños; luego, una cabeza rubia. Se diría que lo esperaba, mas no era así en realidad. Sus ojos apenas si se movieron dentro de las órbitas. (...)
Te presento a mi marido
epub
Marca de agua digital
Adobe Drm
Impresión no pemitida
Copiar/Pegar no permitido
Dispositivos permitidos: 6
Te presento a mi marido: “—¿Qué dices? —exclamó en el colmo de la estupefacción. —Digo que Polly se ha enamorado. —¡Oh, no! —Sí, querida Zía. La joven se derrumbó en una butaca y juntó las manos entre las rodillas. Por un instante, reflexionó. —Bueno, es lógico que una joven (...)