Había un rumor en Manhattan que afirmaba que el hotel de Piper Devon estaba pensado para que los clientes vivieran las pasiones más desenfrenadas. Sus habitaciones eran románticas y en ellas había desde sábanas de seda a juguetes y vídeos eróticos. Lo cual no encajaba con el reputado imperio (...)
Una novela erótica muy sensual y morbosa que nos presenta el dilema al que se enfrenta una chica por encontrar al autor de una noche fantástica de sexo en un restaurante de alto nivel y sus fantasías para que vuelva a darle de comer.