Ginny Franklin había regresado a su pueblo de Oregón viuda y con el corazón roto. Roto, igual que el hogar que había abandonado años atrás. Roto, como su matrimonio con Luke Tucker, su primer esposo... y su primer amor. Pero esa vez, a Ginny la acompañaban los dos hijos que había tenido con otro hombre y a los que adoraba. No tenía nada que perder y nada que ganar. Excepto a su ex marido. Con toda su arrogancia, Luke había abandonado a su esposa para dedicarse por entero a su carrera, y llevaba años lamentando su decisión. Pero ahora la mujer a la que no había podido olvidar había vuelto... con la familia que ella siempre había deseado. Una familia que Luke esperaba pudiera ser la suya algún día.