Vallejo Rendón, Fernando
¡Qué incendio! ¡Qué esplendor! Mi vocación pirómana se supera estanoche. Se prodiga en llamas que se empinan desde abajo, de la acera,tratando de subir a mí, como lenguas de fuego más largas que las delEspíritu Santo. Lenguas vile, lisonjeras, no me venga a decir ahora queyo soy el incendiador de (...)