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Te amo, Edgar
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Te amo, Edgar: “Ambos suspiraron a la vez. —No creo que este matrimonio dé buen resultado, Ziva —opinó Derek, con su voz pastosa, que hacía evocar la de un profeta—. Míster Edgar es hombre sencillo, hogareño y pacífico. Y la señorita Helda es frívola, está habituada a la vida fácil. Sus padres (...)
Yo creía en ti
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Yo creía en ti: “Sonia fue arrastrando los dedos por el pecho de Chad, y le besó ella a su vez. Lo hacía con ansiedad. Ella amaba a Chad. Lo amaba sobre todas las cosas. Confiaba en él. Sabía que amaba tanto a Paul como ella misma. Al fin, y al cabo, decidieron adoptarlo los dos a la vez. Chad (...)
Te atreviste por mi
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Te atreviste por mi: “Klaus no fue nada favorecido por la naturaleza. Su padre, con no ser nada del otro mundo, fue siempre más arrogante que él. Menos elegante quizá, pero indiscutiblemente más arrogante. Lo único que Klaus tenía, a juicio de Richard Bronson, era aquella distinción, aquel carácter (...)
Piensa que estoy a tu lado
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Piensa que estoy a tu lado: “Bien, pues al recordar a mi madrina a quien yo siempre llamé «tía Liz» aunque ella no me oyese nunca, pero al tener una idea exacta de su existencia en Biasmarck, decidí de súbito que sería este lugar el que primero visitaría y aquí estoy. Y si me muevo a escribirte es (...)
El hombre imperfecto
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¿Qué quieren de verdad las mujeres?La periodista Allegra Fielding tenía un problema. Le había ofrecido una historia a su jefa: cómo transformar a un hombre normal y corriente en un príncipe azul. Y ahora tenía que escribir la historia. Pero ¿dónde iba a conseguir a un hombre que estuviera dispuesto (...)
Sigo aquí
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El niño tiene cinco años y Mía veintitrés. A su madre le gustaría que Mía se casara un día, formara su propia familia. Cuando visita su hogar no recuerda a los amigos y es como si no los viera nunca. Consuela su primer amor no correspondido con la adopción del niño de su amiga. Ese amor que (...)
Todo por él
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Olivia, la protagonista de esta novela nos cuenta retrospectivamente su vida en forma de relato que lleva escribiendo durante un mes y que lo está terminando pocas horas antes de casarse. En él nos contará quién será su futuro marido y cómo se llegó a enamorar de él.
En pos de la fortuna
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En pos de la fortuna: “Era Leonor una chiquilla de veinte años, atractiva, provocadora y bullanguera, con unas ganas locas de cazar a un millonario. Leonor no era lo que se dice una mujer bella. Tenía múltiples atractivos, y quizá armas más eficaces para cazar a un hombre y volverlo loco que si (...)
Eres una aventurera
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Eres una aventurera: “—El caso es — dijo blandamente—, que tú no me gustas. Yo soy caprichosa. Buenas tardes, César. La guerra silenciosa, pero evidente, estaba declarada entre ellos. César fue a responder, pero ya Marcela, bonita, elegante, preciosa, se alejaba calle abajo, cimbreando el cuerpo (...)
Este encuentro
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Este encuentro: “Yootha ya lo sabía. Pero tenía miedo. Ya no se trataba de su tirria a los médicos. Sino el miedo que le daba tener algo malo. Sabía de sobra que no era normal su adelgazamiento ni su cansancio. Pero prefería dejar las cosas así. Si tenía algo malo, que caminara solo y estallara por (...)